lunes, 17 de noviembre de 2008

El sueño eterno

La que en un principio se antojaba como una tranquila velada de noche de fiesta en casa de mis abuelos, terminó convirtiéndose en una tranquila velada del mejor mejor cine en casa de mis abuelos: hay películas con diálogos geniales e insuperables y luego está "el sueño eterno". Y es que nadie como Bogart para el cine negro. Sólo él puede puede contestar a la pregunta "¿Cómo le gusta el coñac?" con la frase "en vaso", y sin realizar la más mínima mueca de complicidad con el espectador o con su interlocutor. Lógicamente sólo Lauren Bacall puede seducirlo. Además sólo Howard Hawks puede dirigirlos y sólo William Faulkner (vale, con la ayuda de Leigh Brackett y de Jules Furthman) puede adaptar a la gran pantalla la oscura novela de Raymond Chandler. Hay veces que el cine te da lecciones de vida, te enseña cómo se pueden y se deben hacer las cosas... lo sé, lo sé, el detective Philip Marlowe es de los personajes más arrogantes, machistas y maleducados que he visto en pantalla, pero me da igual: mamá, yo de mayor quiero ser como él.

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