Definir la novela El
halcón y la sombra es una tarea muy difícil y seguro que habrá quien me conteste
que temeraria, ya que participa de tanta variedad de subgéneros que estoy
seguro de que, diga lo que diga, me voy a quedar corto. Lo que sí que está
claro es que es valiente y humana. Lo primero es porque hay que estar muy
locamente enamorado de la mitología egipcia para adaptar uno de sus más
conmovedores relatos (dejo al lector la sorpresa) al terreno de la ficción
histórica: el autor recrea magistralmente y con pluma fácil los acontecimientos
que perfectamente pudieron dar lugar a lo que terminó convirtiéndose en el mito;
es quizá en esta parte donde más se nota su formación: filólogo hispánico y
experto en Arqueología.
Por otra parte, como he comentado anteriormente, es una obra
humana ya que consigue que empaticemos por completo con los personajes de la
narración: no hay carácter mal construido o desdibujado: todos se muestran
coherentes, profundos, congruentes… policromados. No es en absoluto maniquea:
si alguien hace algo mal, quizá el lector no haría lo mismo, pero sí que
entenderá por qué se llegó a hacerlo.
Finalmente, tras terminar su ágil y satisfactoria lectura, me
quedo con los siguientes posos: me siento más valiente, más culto… y
más humano.